viernes, 4 de septiembre de 2009

Mustang, el guerrero de la paz

Imagen: Mustang y Apolo
En 1945, la situación empeoraba en Berlín donde los alemanes mataban a millones de soldados rusos debido a su escasa preparación militar. Fue entonces que los dioses griegos al ver como aniquilaban a sus hermanos rusos, con quienes se había aliado para realizar sus míticas conquistas, decidieron mandar un guerrero poderoso a la Tierra para que acabase con toda la violencia y el sufrimiento que atormentaba a la gente inocente. Ellos decidieron enviar a Mustang, hijo de Apolo, que con su poderosa guitarra destruiría las armas enemigas.




Era un frío día de enero en Berlín y las tropas de Stalin estaban ansiosas por pelear; tenían ganas de matar a aquellos perros alemanes que habían acabado con sus compañeros de guerra. Pero entonces se oyó un fuerte ruido de un cañón y el ejército rojo pudo ver a lo lejos, como fantasmas por la bruma invernal, al poderoso ejército de Hitler. ¡Los habían tomado por sorpresa!

-¡Al ataque!- gritaban los alemanes motivados por pelear. Los rusos trataron de formarse en batallones pero como los habían tomado por sorpresa no pudieron reaccionar rápidamente. La lucha se tornó muy sangrienta y los pobres rusos estaban siendo masacrados por sus enemigos, quienes al estar mejor equipados tomaban ventaja para matarlos. Pero, de pronto, se vio en el nublado cielo un gran resplandor de luz azul sobre las cabezas de los soldados que luchaban. Un hombre alto de larga cabellera castaña con el pecho descubierto y una guitarra en sus brazos se había posado justo en medio de la batalla.

El tiempo se detuvo, todo se detuvo, los soldados dejaron de pelear y voltearon para ver a aquel extraño sujeto que estaba entre ellos. -Soy Mustang- dijo el sujeto- y he venido para acabar con toda esta violencia que atormenta a gente inocente. Al parecer los nazis no lo entendieron y le dispararon pero Mustang esquivó las balas y comenzó a tocar su guitarra haciendo solos impresionantes y agudos que destruyeron las metralletas de los que le dispararon. Los rusos aprovecharon para atacar a los alemanes, que perplejos por lo que les había pasado, huían asustados. Mustang seguía tocando su guitarra cada vez más rápido y destruyendo las metralletas y armas enemigas, dejando a sus enemigos a merced de los del ejército rojo.

Al parecer, el ejército alemán no se dio por vencido y mandó refuerzos y un nuevo batallón al lugar en el que estaba nuestro héroe y le dispararon una lluvia de balas que este pudo esquivar pero no pudo proteger su guitarra que era su principal fuente de poder. Los nazis lograron atraparlo. ¡Nuestro amigo había caído!

Mustang despertó en un cuarto oscuro. Estaba atado con cadenas y no podía ver nada; estaba en una celda. Repentinamente, se oyeron gritos que suplicaban piedad y se abrió la puerta de la celda. ¡Era Apolo!

Apolo al ver a su hijo en problemas desde el Monte Olimpo decidió ayudarle para que logre cumplir su misión.

–Levántate hijo.-le dijo a Mustang que estaba sentado en el suelo. Mustang se levantó y ambos, padre e hijo, salieron de la celda para terminar de una vez por todas con los problemas de esa guerra.

Ya en el exterior Apolo le devolvió a su hijo su guitarra la cuál, había recuperado. Entonces, Apolo comenzó a derretir con sus rayos de sol los tanques y ametralladoras alemanas mientras que Mustang también hacía lo suyo con su guitarra. Los enemigos no pudieron hacer nada. La famosa armada nazi ya no existía más; era cenizas. Mustang se dirigió al ejército derrotado:

-Ustedes han causado esta guerra y ahora deben responder, ¿no se sienten mal por lo que hacen?

La pregunta entró en los corazones de los alemanes como dagas punzantes, conmoviéndolos y haciéndolos sentir mal.

-Si nos sentimos mal.- respondió un general-y por eso nos vamos entregar. Los alemanes dudaron de la orden de su general por un momento pero después entendieron que eso era lo correcto.

-Has terminado tu misión, hijo.- dijo Apolo, y dicho esto ambos desaparecieron dejando un resplandor plateado en el cielo.

Meses más tarde, con los nazis hechos prisioneros, Berlín era de los rusos.

Nicolás Tolmos

Inagenes sacadas de:
http://usuarios.lycos.es/as2189/ImagenesWEB/SacredApolo.jpg
http://3.bp.blogspot.com/_J4-Rk77zTN0/Sgr7topsYoI/AAAAAAAAACw/axIDb-txIWc/s320/dave+mustaine.jpg

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